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Información básica

Procede de América del Sur, de la zona de Chile, Argentina y Brasil, por tanto está acostumbrada a condiciones climáticas distintas.

En esa zona forma parte de unos pastizales donde no es muy dominante y sirve

de alimento para algunos animales, pero muy raramente.

Para su eliminación hay que tener en
cuenta la cantidad de semillas producidas por la planta, así como su biología. Se pensó en su eliminación mediante herbívoros, sin embargo las hojas tienen unos dientes de sílice que cortan y por tanto no pueden ser consumidas. Se ha buscado algún organismo que se alimente de la planta y únicamente se encontró una especie de caracol, que murieron al ser trasladados a California, debido al cambio de condiciones ambientales.

En cuanto a su eliminación, conviene recordar antes de nada que este no es un problema a nivel europeo, sino que se ha expandido a muchos lugares como California, Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica.

Otra opción sería buscar algún
hongo que consuma la planta, pero sería peligroso introducirlos sin control en otros territorios.
En cuanto a la quema, debido a su nivel de humedad, estas plantas empiezan a explotar,
esparciendo las semillas.

El método físico consiste en el arranque, el cual se dificulta por el metro de raíces que puede desarrollar cada ejemplar, por lo que habría que utilizar máquinas para arrancarlas y depositarlas en un contenedor.

Después hay que volver al lugar y retirar todos los restos de raíz, para evitar que surjan nuevos ejemplares. Es importante que el arranque se produzca cuando no hay plumeros, para evitar que se disemine la planta. Se está desarrollando un sistema para transformar las plantas arrancadas en biomasa utilizable como abono mediante el uso de depósitos que se trasladaría al lugar de las plantas para evitar que se esparza la semilla por carretera y que mediante procesos de control de agua y elevadas temperaturas transforman los restos de planta en un polvo con alto contenido en sales minerales y otras sustancias que puede ser utilizado como abono y para reconstruir el suelo del lugar donde se han retirado las plantas.

Otra posibilidad es trocear las plantas y enterrarlas para volver a hacer lo mismo cada año y que los trozos de
planta pierdan vigor. También es importante plantar algo en los terrenos de los que se retira la planta para evitar que vuelvan a surgir. Se ha pensado en cubrir estos terrenos con hierba para evitar que entren semillas. Esto es debido a que ya hubo un proceso de eliminación de la hierba de la Pampa, pero debido a la falta de mantenimiento del mismo las áreas limpiadas volvieron a ser ocupadas por la planta.

En cuanto a los métodos químicos, el más utilizado es el uso de herbicidas, más concretamente glifosato. Este herbicida ha sido cuestionado, puesto que se cree que pueda ser cancerígeno, por lo que podría prohibirse su utilización en Europa en cinco años y ya se ha prohibido por algunos ayuntamientos, como el de Gijón. Además puede eliminar la flora autóctona, por lo que no se puede utilizar en áreas protegidas, ni tampoco en zonas cercanas a acuíferos, puesto que puede filtrarse al agua, lo que significa que sólo puede utilizarse en áreas donde los medios mecánicos no sean eficaces. 

Hay otros herbicidas que podrían utilizarse, pero son menos eficaces y más caros que el glifosato.

Alguno de los riesgos más destacables son:

  • Esta especie ocupa espacio de las autóctonas, hay casos en los que un grandes terrenos ocupados por nogales,  castaños..., fueron sustituidos por dicha planta.

  • Los animales regionales no pueden comérsela

  • Afecta a los cultivos

  • En cuanto a la salud pública, produce alergias (son gramíneas)

  • Produce un millón de semillas al año por planta, por lo que se reproducen muy rápido

  • El herbicida más eficaz es cancerígeno

  • La única especie que se encontró que pudiera consumirla se muere por la diferencia de clima

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